LONDRES y LIVERPOOL son las ciudades BEATLE por excelencia y ya que debía irme a Gran Bretaña a
practicar el inglés, y, a ser posible, mejorarlo, ¿qué mejor sitio que a una de esas
dos maravillosas ciudades y con tanto significado para una BEATLEmaníaca? Así pues hacia
allí me dirigí hará de esto dos veranos.
Los BEATLES a tamaño real y con pelo y trajes originales en el museo de Madam Tusseaud
Allí estaban los BEATLES, con sus instrumentos, tirados en un sofá, tal cual solían hacer en la vida real cuando posaban ante las cámaras o los fotógrafos. JOHN no sentado si no "tirado" cómodamente en él, Paul a su lado, y George y Ringo con las piernas por fuera de los apoyabrazos. No resistí la tentación de hacerme varias fotos (era genial que te permitieran hacerte fotos, en otros museos de pintura como el "National Gallery" o en el museo del rock al que más tarde fuimos, eso no era posible).El MUSEO BRITÁNICO contiene también documentos muy importantes de los BEATLES. En una vitrina de cristal, manuscritos de canciones de los BEATLES comparten espacio junto con manuscritos de escritores británicos tan importantes como Chaucer o Shakespeare. Sí, allí estaban (a veces en folios, a veces en hojas cuadriculadas) del puño y letra del mismísimo JOHN o Paul, las letras de canciones como "Yesterday" o "Ticket to Ride", las originales, las genuinas, las AUTÉNTICAS. Con todos los tachones, fallos e incluso, cuando estaban en folio, vemos como la letra de Paul se tuerce un poco. "Ticket to Ride", por ejemplo, tiene los primeros versos tachados, quizá porque JOHN pensó que sería mejor ponerlos un poco más tarde o en fin, cualquier cosa que se le pasara por su privilegiada cabeza. Además de los manuscritos había una carta escrita por JOHN a su querido amigo Stuart Sutcliffe después de que su amigo ya hubiera decidido quedarse en Alemania para pintar y casarse con su novia alemana Astrid. La letra de John, todos lo sabréis, es caótica, así que fue muy difícil leer el contenido, además de que por encima de la vitrina y de mogollón de gente arremolinándose alrededor, la tarea resultó harto difícil.
Si las emociones de Londres habían sido grandes e inolvidables, LIVERPOOL fue para mí algo más que un sueño: fue la ilusión de mi vida, con lo que había estado soñando desde que tenía 10 años. Me dejó sin dormir durante varias noches y aún hoy, hace casi dos años, pensar en ello aún me trae a la memoria las emociones vividas y me entra una gran nostalgia.
Fuimos de Londres a LIVERPOOL en autobús, no en tren como hacían los BEATLES en los primeros tiempos, de nuevo debido a la magra economía de estudiantes que sufríamos mi amiga y yo. Llegamos con el tiempo justo, debido a que no sabíamos llegar a "Victoria Station" y mediante las indicaciones de unos y de otros conseguimos llegar. Debido a eso, el autobús estaba ya lleno y no pudimos sentarnos juntas. Yo me senté al lado de un chaval inglés de mi edad más o menos. Bueno, pues en el mes que llevaba en Inglaterra aún no había podido (y me alegraba de ello) comprobar la fama que tienen los ingleses de cerrados, antipáticos y antisociables. Bueno, pues en el viaje de Londres a LIVERPOOL lo pude comprobar con creces. El viaje era largo, cuatro o cinco horas de autobús, que se dice pronto, pues en las cuatro horas más o menos que duró el viaje aquel típico inglés no dijo ni una sola palabra. Ni hola. Sólo me sonrió un par de veces cuando el autobús dio un frenazo y las bebidas que se encontraban en la parte trasera del autobús hicieron ademán de romperse. Eso fue todo. Pero tampoco me preocupó demasiado ya que yo llevaba mi radiocasete portátil escuchando el Anthology número dos (mi favorito de la serie). Así que durante las horas que duró el viaje, vimos el maravilloso paisaje de Inglaterra, prados verdes llenos de vacas, jugadores de criquet... Maravilloso. Lo recordaré toda mi vida. Cuando llegamos a la estación de autobuses lo primero que hicimos fue comer y enseguida nos pusimos a buscar la oficina de información que nos dijera donde nos podríamos alojar. Preguntamos a un chaval, que con un acento extraño (no había quien le entendiera!!) nos llevó al hotel "Adelphi", donde los BEATLES se alojaron ya en lo más alto de su fama cuando fueron para el estreno de "A Hard Days Night". Bueno aquello era demasiado, no podíamos pagarlo, así que preguntamos de nuevo y nos llevaron a la oficina de información, que estaba tan sólo a unos metros detrás. Bueno, fue llegar a la oficina y me di cuanta de que medio LIVERPOOL, por no decir que toda la ciudad, vive de los BEATLES. La tienda estaba llena de toda clase de artículos imaginables sobre los BEATLES. Allí me compré una guía completa para seguir todos los sitios de LIVERPOOL relacionados con los BEATLES, mientras mi amiga se encargaba de hablar con el encargado sobre donde alojarnos, quien, muy amablemente nos recomendó el "St. Georges Hotel" (muy céntrico y barato y, como luego veremos, también relacionado con los BEATLES) y él mismo se encargó de hacer la reserva desde allí. Así que muy contentas salimos y nos dirigimos al hotel. En una de las calles me llamó la atención la enorme pintada que sobre los BEATLES había en la pared de una de las calles, un dibujo hecho perfectamente sobre el logotipo que tenían los que eran miembros del club de fans a tamaño grande. Era una forma de anunciar la Caverna y las actuaciones que las noches de los viernes y sábados allí hacían.Llegamos al hotel y nos dimos una ducha. Tras arreglarnos un poco cogimos la guía que nos habíamos comprado y salimos en busca de cualquier rastro de los BEATLES. ¿Hacia donde ir primero? Yo lo tenía muy claro, a "Mendips", en Menlove Avenue, en el número 251, la casa de tía Mimi y donde JOHN había vivido desde los cinco años hasta 1963 en que se fue a vivir con Cynthia, etc. Cogimos el autobús detrás del hotel y le dijimos al conductor: "A Penny Lane" (¡¡¡¡¡¡). Fue emocionante pronunciar esas palabras y que el conductor no te mirara extrañado ni como si fueras una loca o algo así. Lo tomó con tanta naturalidad que creí que estaba soñando, pero en realidad era normal, porque ese era el trayecto del autobús. En el autobús, por cierto, había un hombre leyendo el "Liverpool Echo".
Bajamos en Penny Lane y en una de sus esquinas empieza la Avenida Menlove. ¡Pero empieza en el número 1 y nosotras debíamos llegar al 251! Eso no era nada, al menos para mí, así que emprendimos la marcha tranquilas y disfrutando del paisaje. Menlove Avenue es una de las zonas más bonitas y de mejor clase de LIVERPOOL. Está llena de árboles y de casas adosadas, todas tan iguales. Precioso. Pero hay una carretera muy peligrosa que separa las dos partes de la Avenida, y allí fue donde fue atropellada Julia Stanley un día de verano.
Por fin llegamos. "Mendips". ¡No podía creérmelo! Estaba donde JOHN había estado, allí, en ningún otro sito pero allí. Era de noche, se nos había hecho de noche y estabamos muy cansadas. La casa estaba oscura y apenas se distinguía bien. Tras hacerme unas cuantas fotos decidimos dejarlo para verlo al día siguiente todo mejor, así que decidimos volver al hotel. La primera emoción del día me duraría, yo creo, que para el resto de mi vida.
El mejor día de mi vida hasta el momento. Nunca, NUNCA, he sido tan feliz ni he experimentado tantas de sensaciones en un mismo día. Lo primero que hice tras levantarme al día siguiente y darme una ducha fue salir a unos grandes almacenes que había justo debajo del hotel en el que me alojaba. La razón era que quería comprarme unos zapatos cómodos con los que poder andar cómodamente por LIVERPOOL, ya que los que me había llevado conmigo no eran precisamente los más apropiados para andar. En esos grandes almacenes había una figura de metal, a tamaño real, de JOHN LENNON, tal cual se encuentra en la portada de Abbey Road. Todo en LIVERPOOL gira alrededor de los BEATLES, la ciudad vive de ELLOS. De vuelta al hotel para dejar los zapatos antiguos, descubrí por fin lo que no había podido ver el día anterior por ser de noche y era que desde la ventana de nuestra habitación se veía el St. Georges Hall, un monumento que JOHN y Stuart habían ayudado a diseñar y pintar cuando ambos se encontraban en la escuela de arte. Era un monumento que a mí me recordaba bastante a los monumentos griegos en estructura y material.Tras desayunar salimos en busca del LIVERPOOL de mis sueños. Lo primero que quisimos buscar fue la calle Matthew, donde se encuentra el Cavern. La verdad es que tuvimos que andar mucho, pero la recompensa valía la pena. Acercándonos a la calle nos encontramos con el mercado que en LIVERPOOL ponen los sábados por esa zona, y por fin... ¡¡¡THE CAVERN!!! Aunque de la original queda más bien poco, el suelo sí que es el mismo por el que ELLOS pisaron, así que allí nos hicimos la foto, igual que ante la puerta de la tienda BEATLE que está justo enfrente. La tienda especializada en BEATLES más completa del mundo, y no me extraña, pues por allí había pasado gente como Cynthia (la cual había donado una foto de cuando JOHN y ella iban a la escuela de arte), Yoko con Sean, Ringo con Zak, etc... ¡Qué emoción! Había tantísimas cosas que si no te controlas un poco puedes perder hasta la ropa que llevas puesta. Yo llevaba mucho dinero (mi trabajo me había costado ahorrarlo) pero me daba mucho miedo gastármelo todo, pero aún así me compré cosas que guardo como oro en paño. Después decidimos ir de nuevo a casa de JOHN.
Esta vez no nos pillo el toro, ya sabíamos a lo que nos exponíamos así que el camino por Menlove Avenue se nos hizo más corto. Cuando llegamos a la casa, no me podía creer que realmente estuviera donde JOHN había vivido. Es que tenía que ser imposible. LA casa es un adosado precioso, con jardín, ahora perteneciente a personas ajenas a todo esto. Pero que deben de estar hartos de los miles de fans que se acercan por allí ya que en las puertas de la entrada dos carteles color rojo prohiben la entrada. Yo hice caso omiso, no había recorrido un montón de kilómetros desde Valencia para quedarme solo con las migajas. Entré y me hice la foto. El día acompañaba mi alegría pues el sol brillaba con fuerza y hacía hasta calor. Cuando ya me iba de la casa, vi que alguien corría las cortinas desde dentro, ¡uf!, salimos pitando...
Sadie en Mendips, donde vivió John desde 1945 a 1963
Lo siguiente era Strawberry Fields, que se encuentra muy cerca de Mendips, es la primera bocacalle, en una calle llamada Beaconsfield Road, que es toda cuesta arriba si vienes de casa de JOHN, o cuesta abajo si vuelves desde la iglesia de St Peter, a la que más tarde fuimos. Bueno, el lugar es precioso, todo con hojarasca esparcida alrededor. Y si en los muros de Abbey Road había pintadas, las verjas metálicas de Strawberry Fields no se quedaban atrás siendo mucho más pequeñas. El que más me llamo la atención fue una pintada que ponía "JOHN, Thanks for the greatest song ever" (JOHN, gracias por la mejor canción de todos los tiempos). Se me puso la carne de gallina. Yo firmé en la D de Field de la puerta derecha. |
Sadie en Strawberry Fields |
Por fin llegamos a la iglesia de St Peter donde nos recibió un cura ya bastante
mayor quien, amablemente nos dirigió a la tumba de Eleanor Rigby.
Tras hacernos la foto allí, volvimos a hablar con el cura. Nos dijo que había sido él
quien había invitado a los Quarrymen a tocar aquel
histórico día de verano, e incluso nos dio un panfleto original con el programa. Al oír
eso, no pude resistirme y de nuevo le pregunté por JOHN (mi amiga estaba ya harta) a lo
que amablemente el cura me dijo: "he was a child really but even in those days you
could see he was... (hizo un movimiento en espiral con el dedo) growing up" (era un
crío pero incluso en aquellos días te dabas cuenta dedo que estaba subiendo). Tantas
emociones eran demasiado para mí.
Desafortunadamente al día siguiente teníamos que ir con un amigo a visitar Oxford, así que debíamos coger el autobús en un par de horas. Por lo tanto, lo último que visitamos fue el Albert Dock, donde hay otro museo-tienda sobre los BEATLES. Allí compramos mogollón de cosas, y al salir, como el autobús no venía, en la parada del autobús conocimos a unas ancianas que, además de pagarnos un taxi amablemente hasta el hotel, nos dijeron, nada más ni nada menos que...¡¡¡conocieron a Tía Mimi!!!!! Nos contaron todas esas cosas de camino al hotel, y nunca, nunca las olvidaré.
Se acercaba el fin de mi maravillosa experiencia. Tras recoger de nuevo todas las cosas, junto con las nuevas que había adquirido en LIVERPOOL, cogí el autobús de vuelta a Londres, mientras un trozo de mi corazón se quedaba allí.Volver a los Articulos y Opiniones
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